PRIMER LATIDO
Tu sonrisa me acobijo con entredicha
Tu mirada me exaspero el latido
Cada segundo y micro, fueron tercos
Que clavados en mi alma, frungieron fuego.
En aquel amanecer, tardío
En aquella noche exhaustiva
Saciaste mis gemidos
Aminoraste mis ondas rígidas
Cada palabra naufrago mi intelecto
Cada mirada pereció mi sendero
Tú, el dios de un universo
Precario pero intenso
Deslumbras el sol y en mi galaxia
Reinas con un fulgor de pasión
Fueron y serán eternas vidas
Nauseabundas por un amor excelso
Conjurando dichas fructíferas
Hemos de ser uno el otro. Y Viceversa.
Flor Pachari
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